Para explicar la violencia filio-parental a nivel teórico se ha recurrido a la teoría del aprendizaje social (Bandura y Walters, 1959, 1963). Esta teoría sostiene que las conductas violentas que los progenitores emplean para relacionarse, tanto entre sí (victimización vicaria) como con los hijos (victimización directa), sirven de modelo para que los hijos aprendan por modelado. A este respecto, se han considerado como  moderadores de la relación entre la violencia entre progenitores y descendientes, así como los tipos de victimización infantil (directa y vicaria) como el tipo de violencia ejercida por los descendientes (física y psicológica). Tanto el tipo directo de victimización infantil como vicario se cree que incrementan la probabilidad de desarrollar conductas violentas ascendentes, encontrándose resultados similares en poblaciones comunitarias y judiciales. Si bien, la teoría y los modelos derivados del aprendizaje social han recibido apoyo general, se han encontrado resultados contrarios.