La adolescencia es una etapa compleja de la vida, en la que culmina la construcción de la identidad propia, incluida la sexualidad, y en la que el entorno digital es un espacio más de la realidad que viven quienes están en esta etapa.
La tecnología no ha generado la pornografía, pero sí la ha hecho más accesible. El auge de la “nueva pornografía” accesible, ilimitada (tanto en contenido como en tipo de prácticas), anónima e interactiva, se ha convertido en una pieza más de la sexualidad adolescente, que afecta a su forma de relacionarse y puede derivar en conductas de riesgo o nocivas.
Así lo advierte Save The Children en un nuevo informe a través del cual analiza el consumo de contenidos sexuales entre los y las adolescentes y el impacto que estos tienen en el desarrollo y las relaciones con sus iguales.