Programas de intervención con agresores sexuales en el Centro Penitenciario de Pamplona

(minuto 36)

Programas de intervención con agresores sexuales en el Centro Penitenciario de Pamplona.

PSIMAE Instituto de Psicología Jurídica y Forense

Francisco López-Muñoz, Universidad Camilo José Cela  y Cecilio Álamo González, Universidad de Alcalá

Las conductas agresivas y violentas constituyen un problema de gran envergadura en la sociedad actual. Se estima que su prevalencia en la población general es del 25 % y se ha constatado que el sujeto agresivo suele estar incapacitado para mantener unas adecuadas relaciones sociales, laborales y familiares.

A pesar de su trascendencia, la naturaleza íntima de las conductas agresivas es bastante desconocida. Su génesis es múltiple: participan factores ambientales, de predisposición hereditaria y neurobiológicos. Durante las tres últimas décadas se han multiplicado las investigaciones neuroanatómicas y neuroquímicas que han tratado de dar luz al conocimiento de las bases biológicas de la agresividad.

¿Qué opinión tienen los jóvenes sobre la violencia de género, la prostitución o el acoso reiterado? Estas son algunas de las preguntas que ha intentado responder el informe Vivencias, actitudes y percepciones sobre la violencia de género en adolescentes de la Comunidad de Madrid, con la finalidad de poder desarrollar programas de prevención de la violencia y elaborar políticas ajustadas a las necesidades y percepciones de este grupo.

En el estudio han participado alrededor de 1.500 jóvenes entre 14 y 17 años pertenecientes a 18 institutos de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid, que respondieron a una encuesta sobre sus percepciones, actitudes y vivencias en torno a la violencia basada en el género.

54 cardenales, obispos y curas encubrieron episodios de abusos en las últimas décadas.

España es un desierto estadístico sobre el alcance de la pederastia en la Iglesia católica. La Conferencia Episcopal (CEE), que a diferencia de los obispos de otros países se ha negado a investigarlo, ha mantenido que apenas tiene constancia de casos, que tampoco maneja cifras y que, de todas formas, son pocos. EL PAÍS comenzó a investigar en 2018 cuál era el impacto real de esta lacra, que ya había salido a la luz a través de los medios en muchos países. Tras una petición de información a todas las diócesis y una búsqueda de sentencias, el balance fue de solo 34 casos y 80 víctimas en cuatro décadas. Después comenzó a publicar casos y emergieron muchos más. Dos años y medio después, tras un largo trabajo de revisión y clasificación, aporta ahora la primera base de datos de referencia en España sobre este fenómeno, que se puede consultar aquí.

Esta iniciativa, que en esta primera edición concluirá en 2022 pero que tiene visos de continuidad, será gestionada por personal del Instituto de Psicología Jurídica y Forense PSIMAE, adjudicatario del contrato para la atención terapéutica a víctimas y agresores de diferentes tipos de violencia, licitado por la Dirección General de Justicia.