En España los estudios sobre adolescentes que han cometido algún delito sexual son casi inexistentes. Según el Ministerio del Interior, la tasa anual de delitos sexuales llevados a cabo por adolescentes está en torno al 7% del total de este tipo delitos. Aunque no supone un porcentaje muy elevado, es importante centrar la atención en los factores de riesgo relacionados con estas conductas a tan temprana edad para poder abordarlos adecuadamente dentro de programas de prevención e intervención. No es posible establecer un único perfil para estos adolescentes debido a su gran heterogeneidad, pero sí que hay algunas características que se dan con cierta regularidad en esta población.
La cercanía del agresor sexual respecto a la víctima, la falta de informes psicológicos forenses que incluyan el daño a la integridad del menor o la necesidad de mejora de la formación de los profesionales del ámbito jurídico y educativo son algunos de los datos extraídos del estudio sobre la Respuesta judicial a la violencia sexual a niños y niñas en España.
El estudio, realizado por la Asociación de Mujeres Juristas THEMIS en colaboración con la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género (DGVG), se enmarca en las medidas previstas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género de 2017 para mejorar la respuesta de las administraciones públicas contra la violencia hacia los niños y niñas y en especial, contra la violencia sexual.
En el presente curso se pretende profundizar a nivel teórico y práctico sobre la violencia de género. Además de definirla e identificar sus diferentes tipos e innumerables consecuencias, se revisaran algunos modelos teóricos que explican la vulnerabilidad de las víctimas y su permanencia en una relación violenta y se analizaran factores protectores y de riesgo, tanto de las víctimas como de los victimarios.
Los programas de intervención con agresores sexuales que se realizan en Navarra son llevados a cabo por PSIMAE Instituto de Psicología Jurídica y Forense a través del Servicio Social de Justicia del Gobierno de Navarra. Estos programas son una adaptación del programa que viene desarrollando Instituciones Penitenciarias en sus Centros Penitenciarios de manera interna (PCAS).
En los programas de intervención con víctimas de violencia sexual estudiaremos a la víctima, la sintomatología que puede presentar, especialmente el estrés postraumático. Cómo evaluar esa sintomatología y el tratamiento terapéutico que podemos realizar, siempre teniendo en cuenta el proceso judicial en que puede estar inmersa y que va a afectar en distintos grados a su recuperación.
Estudios previos han destacado diversas variables asociadas con la reincidencia en casos de VdG como, por ejemplo, un estilo de personalidad antisocial o tener problemas de abuso de alcohol. Sin embargo, rara vez se ha utilizado un acercamiento multifactorial que incluya en un mismo diseño de investigación múltiples variables, con el fin de contrastar cuáles son las que mejor predicen la reincidencia. El objetivo de nuestro estudio fue identificar las variables predictoras clave de la reincidencia oficial en casos de VdG a partir de un amplio conjunto de variables (i.e., 89 variables), obtenidas de una muestra de hombres condenados por VdG y que habían sido remitidos a un programa de intervención para agresores de pareja (N = 393).
La investigación científica ha documentado diversos factores individuales y sociales que se asociarían al inicio temprano de conductas de agresión sexual. Una amplia mayoría de los agresores sexuales ha experimentado vivencias sexuales atípicas y traumáticas en su infancia, así como otras situaciones negativas de abandono familiar, maltrato o rechazo afectivo. Como resultado de ello, estos adolescentes muestran mayor vulnerabilidad para el desarrollo de déficits personales severos en autoestima, capacidad de comunicación, y habilidades de relación y afrontamiento de problemas interpersonales; déficits que se conectan a su vez con su mayor riesgo de comisión de infracciones sexuales.
Sandra Siria1, Enrique Echeburúa1 y Pedro J. Amor2
1Universidad del País Vasco y 2Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
La violencia sexual cometida por adolescentes supone alrededor del 7% de los delitos sexuales denunciados anualmente en España. Sin embargo, la investigación con jóvenes ofensores sexuales en población española es casi inexistente. Por este motivo, un estudio reciente ha analizado las características y factores de riesgo presentes en una muestra formada por 73 jóvenes que estaban cumpliendo una medida judicial por delitos contra la libertad sexual en diferentes comunidades autónomas españolas. Tras analizar los datos extraídos de sus expedientes y de la aplicación de una batería de evaluación formada por entrevistas y autoinformes, los autores señalan que los principales factores de riesgo asociados a la conducta sexual violenta en este grupo están asociados a su historia familiar, a determinadas características de personalidad y al desarrollo de una “sexualización inadecuada” (96% de los casos) relacionada, fundamentalmente, con un inicio precoz en el consumo de pornografía (70%), un ambiente familiar sexualizado (26%) y la presencia de victimización sexual durante la infancia (22%). El estudio presenta interesantes implicaciones de cara al papel del desarrollo de la sexualización desde la infancia en la conducta sexual violenta.
Nos acaba de llegar esta necesaria producción que se estrena en Canal Arte sobre abusos sexuales en el ámbito deportivo.
Llevada a cabo durante dos años en cinco países distintos, esta investigación a fondo sin precedentes demuestra que la violencia sexual en el deporte no afecta solo a casos aislados, excepcionales, sino que los abusos son frecuentes y gangrenan todo el sistema.
Disponible hasta el 30 de Octubre.
Condenados por asesinato y presos por violencia familiar han mantenido reuniones de acercamiento con los afectados por sus delitos para pedirles perdón.
Dos internos de las cárceles Sevilla II y Valladolid han sido los dos primeros en celebrar encuentros restaurativos con las víctimas directas de sus delitos. Tras meses de preparación, los condenados por asesinato y por violencia familiar respectivamente se han reunido con los afectados directos de sus delitos como parte de los talleres de Diálogo Restaurativo que Instituciones Penitenciarias puso en marcha en noviembre de 2019.
Desde que España se puso en guardia frente al coronavirus, las razones de la ciencia han logrado algo en lo que la política de las emociones lleva 25 años fracasando: acortar el tiempo de la cárcel para muchos presos. Las sucesivas reformas penales han llevado la tasa de encarcelamiento española a estar entre las más altas de Europa occidental. Ahora, el protocolo sanitario, que aconseja reducir el contacto y descongestionar espacios cerrados, mandó a casa a 3.000 presos entre marzo y abril. La situación renueva así una pregunta que el debate político ignora desde hace décadas: ¿Y si la prisión no fuera lo mejor para la rehabilitación?